Horas de Sueño

Domingo, lunes, martes… Pasan los días de la semana, uno tras otro, y no escribo. Tengo el deber (y la necesidad) de escribir y no me atrevo. Que si estoy cansado, que si no es el momento, que si prefiero hacer esto o lo otro…mil y una excusas para no enfrentarme al hecho de ponerme delante del ordenador a teclear cosas sin sentido sobre mí… Ni que fuera tan fácil escribir sobre uno… Solo es un miedo…¡pero maldito miedo! . Un precipicio ante mí y alguien me empuja, “No te quedan más cojones que escribir” dice…

Tengo una pequeña obsesión. Es simple: intentar dormir menos de 8 horas. Pienso que tenemos 24 fantásticas horas cada día y no quiero desperdiciar ni una de ellas. Cuando duermo demasiado pienso que se me escapa el tiempo y por eso pienso continuamente cuantas voy a dormir antes de levantarme, aunque luego no puedo evitar que se me peguen las sábanas como quien dice.

Imaginaos por un momento que en vez de tener que dormir 8 horas, fuerais capaces de dormir 6. En fin, si hacéis las cuentas son más de medio día a la semana, más de dos días al mes y un mes de febrero “extra” al año… Vale, vale, de acuerdo que esto es solo la teoría y que luego en la práctica no es tan fácil, pero dan ganas de intentarlo.

Si decido pasar de esto se me viene otro tema a la cabeza: desde que me duermo hasta que me levanto, tengo un vacío memorístico del copón, es decir, que no recuerdo lo que sueño. Vamos que podría haber soñado que estaba con Pilar Rubio en la cama y yo sin saberlo. Pues resulta que me puse a ver Waking Life y me hizo recordar aquello de los sueños lúcidos.

Me explico, en la película el personaje va de una situación a otra dialogando con diferentes personajes, hasta que se da cuenta que está en una realidad onírica. Él mismo se da cuenta que está soñando (y para su desgracia no sabe despertar), y ,además, al dialogar con esas personas, está recibiendo información que no proviene de él… o sí, a lo que voy es que está viviendo una experiencia real dentro de sus “horas de sueño”.

Leyendo sobre el tema, me propuse como punto inicial recordar mis sueños. Me acosté y pensé: “Voy a recordar lo que sueño a ver si funciona”. No estaba seguro de lo que pasaría pero para mi sorpresa, al despertarme, me acordé de que tenía que recordar el sueño que acababa de tener. Funcionó, no recordé mucho pero funcionó a fin de cuentas. Tengo que admitir que aún me queda camino hasta conseguir la consciencia en mis sueños pero Inglaterra no se conquistó en un día . Pensad por un momento, ¿y si funciona? ¿y si puedo soñar con una conversación con Kubrick o con volar o con matar a un hombre? Joder, hasta puedo soñar con Pilar Rubio en la cama. Vamos que como se entere de esto el Carrefour hace el negocio del año y saca unas tarjetas 2x1 de sueños lúcidos último modelo y se forran. Bueno si esto pasa ya no tengo que pensar más en los regalos de navidad de este año…

Platón decía que vivimos en el mundo de los sueños, pues soñando que es gerundio… y de momento gratis.

3 comentarios:

Ana Santantón dijo...

Eyyy...a mí me pasa lo mismo con los sueños. Bueno ya lo he dicho esta tarde en clase jajaja

Ya con lo de dormir menos no estoy tan de acuerdo, porque yo soy una marmota...me encanta dormir! jajajaja

Y lo del Carrefour: genial! Una gran idea!jajajaaj

puntoyfinal dijo...

Yo prefiero no recordar los sueños...¿no tienes bastante con vivir una realidad física? ¿Para que atormentarse en una no-realidad paralela?...no siempre vas a soñar con Pilar Rubio :)

Daniel Sanz dijo...

Una realidad física... ¿y los sentimientos?¿y los anhelos?¿y los sueños? Los sueños no deberían atormentarte (sobre todo teniendo en cuenta que estamos hablando de controlarlos), mientras sueñas sigues viviendo, es TU realidad, lo recuerdes o no. Son parte de tu YO, ¿porqué iba a obviarlos?, están ahí.

No estamos hablando de levantarme recordando a Pilar Rubio, estamos hablando de ser consciente de que estoy con Pilar Rubio en un sueño. Extrapola esta situación a la que prefieras, imaginate sentir lo que sentirías si estuvieras realizando tu mayor sueño en tu "vida real". Las mismas sensaciones, la misma alegría. Todo proporcionado por tu mente al alcance de tu mano.

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