Con la aprobación de la nueva ley del cine en España adoptando una perspectiva más proteccionista, a lo que habría que preguntarse si realmente estamos protegiendo nuestra cultura o la estamos enterrando, se ha suscitado un gran debate alrededor del cine, también como consecuencia de los números catastróficos del año 2008 cuando las subvenciones superaban al dinero recaudado.
Para abordar el tema vamos a hacer un pequeño análisis de la situación española en cuanto a las subvenciones y una visión a otros países con diferentes sistemas de financiación. De esta manera, veremos como Francia, en la cumbre del cine europeo, tienen un sistema más proteccionista pero con un cine que lo merece.
Explicaremos que en los Estados Unidos (Hollywood) hay una total liberalización del mercado y su nula intervención estatal mediante las subvenciones. Por el contrario, Argentina si que tiene una serie de subsidios aunque muy por debajo de España.
Argentina se ha convertido en un refugio para los cineastas independientes. Si bien el Oscar ganado este año por el veterano Juan José Campanella por “El secreto de sus ojos” ha servido para consolidar la reputación del cine argentino en todo el mundo, el talento de sus directores no es un secreto en el circuito independiente, ni fuera de él en algunos casos.
El apoyo gubernamental a la industria cinematográfica, grande y pequeña, ha contribuido en gran medida al éxito del cine argentino. Buena parte de las subvenciones que se conceden provienen de los impuestos que pagan los productores de televisiones comerciales y las salas de cine que son propiedad de compañías extranjeras. Pese a todo el peso financiero no es grande, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de Argentina (INCAA), organismo oficial encargado de impulsar las prácticas cinematográficas de diversas índoles, ha invertido en 2009 un total de 40 millones de pesos (alrededor de 7,5 millones de euros) en créditos, un número escaso para la avidez de todo el aparato productivo cinematográfico.
El ingreso a la caja se da en parte por subsidios, derechos de difusión de televisión, difusión (participación en festivales) y concursos, entre otros. Además, el instituto recibe el 10% del valor de las entradas de los cines del país y el 10% de la venta o alquiler de películas de video. El apoyo gubernamental a la industria cinematográfica, grande y pequeña, ha contribuido en gran medida al éxito del cine argentino.
En la industria hollywoodiensehay un concepto clave: no es arte o creatividad, sino retorno de la inversión. La industria cinematográfica estadounidense está en las antípodas del modelo proteccionista español y europeo. Aquí el cine es un negocio para ganar dinero. El que quiere ser artista debe buscar financiación sin ayudas públicas para dar rienda suelta a su creatividad.
El Gobierno estadounidense no aporta ni un solo centavo público a la producción cinematográfica autóctona, al contrario que pasa con Europa. El único alivio que reciben los productores proviene de los Gobiernos locales en forma de rebajas impositivas. Al menos una treintena de Estados ofrecen deducciones fiscales a los estudios a cambio de que rueden en una determinada localidad o de que cuenten con profesionales locales en la producción.
Sin embargo, esta pequeña ayuda no ha impedido que, sobre todo con la llegada de la crisis y la dificultad para encontrar financiación, muchas producciones emigren a Canadá o algunos países de Europa en busca de un mejor trato económico, lo que ha provocado un fenómeno bautizado como “producción a la fuga”.
Francia vive el mejor momento del cine europeo actualmente, ya no sólo por la cantidad de films exhibidos si no por la calidad y variedad de estos. Es el país en el que las ayudas nacionales son más importantes. Según el informe del Observatorio Europeo del Audiovisual, en 2002 representaban cerca de del 40% del total de ayudas disponibles en Europa, directamente relacionado con la cuota de pantalla en los cines de la que nunca baja del 34% y en 2008 alcanzó el 45% por encima del cine norteamericano.
El organismo encargado de la financiación es el Centro Nacional de Cinematografía (CNC), el organismo independiente encargado de gestionar las ayudas y encontrar fondos para financiar proyectos. Por sus arcas pasan más de 530 millones de euros, aunque sólo la mitad proviene del erario público. El resto llega de una tasa que las cadenas de televisión tienen que pagar para poder emitir películas en el prime time, o de la tasa que tienen que pagar las salas de cine al CNC, que se lleva el 11,5% del importe de cada entrada de cine, sea nacional o no. De esta manera toda persona que acude al cine financia indirectamente el cine nacional.
El sistema francés es el más proteccionista frente al liberalismo americano y cuenta con un complicado sistema de ayudas selectivas (por ingresos de taquilla, apoyo a creación de guiones…), pero sin ninguna duda esta favoreciendo que la cuota de mercado no sea totalmente de las películas norteamericanas.
Ahora sí que iba a llorar de verdad, y un goterón rodó a lo largo del cañón de la pistola, recorrió la anilla del gatillo y se derramó por mi dedo índice. Raymond K. Hessel cerró los ojos y apreté con tanta fuerza la pistola contra su sien que él ya nunca dejaría de sentir su presión y yo estaba a su lado y era su vida y podía morir en cualquier momento.
Esto es lo que Tyler quiere que haga.
Son las palabras de Tyler las que salen de mi boca.
Soy la boca de Tyler.
Soy las manos de Tyler.
Tyler quiere un sacrificio humano.
“No eches a correr o tendré que dispararte por la espalda” te dije. Había sacado la pistola y llevaba un guante de látex para que, en el caso de que la pistola se convirtiera en la prueba A, no hubiera nada a excepción de las lágrimas secas de Raymond K. Hessel, caucasiano, veintitrés años de edad, sin marcas familiares.
Entonces, me prestaste atención. Tus ojos abiertos y espantados mostraban a la luz de la farola un color verde anticongelante.
Me entregaste la cartera como te pedí.
Según decía el carné de conducir, te llamabas Raymond K. Hessel. Vives en el apartamento A del 1320 SE Benning. Tenía que ser un apartamento en el sótano. A los apartamentos ubicados en sótanos suelen darles letras en vez de números.
Raymond K. K. K. K. K. K. Hessel; a ti te hablaba.
Apartaste la cabeza del cañón y dijiste “Sí”. Sí, dijiste, vivías en un sótano.
Saqué una foto de tu papá y tu mamá sonriéndote. Y te echaste a llorar.
El asombroso milagro de la muerte. Eres un ser vivo y, al minuto siguiente, un ser inerte, y tu papá y tu mamá llamarían al viejo médico de la familia para recoger tu historial de la clínica dental, pues no iba a quedar mucho de tu cara.
Llevabas el carné de la biblioteca y un carné de un videoclub. La cartilla de la seguridad social. Catorce dólares. Y un carné universitario caducado.
Tú estudiabas algo.
Ahora dime qué estudiabas.
¿Dónde?.
En la universidad, dije. Llevas un carné de estudiante.
Oh, no lo sabías… Sollozos. Hipo. Gimoteos. Biología.
Escucha, vas a morir esta noche, Raymond K. K. K. Hessel. Tal vez mueras dentro de un segundo, tal vez dentro de una hora; tú decides. Así que miénteme. Dime lo primero que se te pase por la cabeza. Invéntalo. Me importa una mierda. Soy yo quien tiene la pistola. Rellene el formulario. ¿Qué desea Raymond K. Hessel ser de mayor?.
“Irme a casa –dijiste-, sólo quiero ir a casa, por favor”.
“Déjate de mierdas”, dije yo. ¿Cómo deseabas pasar el resto de tu vida? Si es que podías hacer algo en el mundo.
Invéntalo.
No sabías.
“Pues vas a morir ahora mismo”, dije.
La muerte empezará dentro de diez segundos, nueve, ocho.
“Veterinario”, dijiste. Querías ser veterinario.
Podrías estar en la universidad dejándote el culo allí, Raymond K. Hessel, o podrías estar muerto. Tú eliges. Te metí la cartera en el bolsillo trasero de los tejanos. Así que lo que realmente te gustaba era ser médico de animales. Alivié la presión del cañón salado sobre una mejilla y te la puse en la otra. Doctor Raymond K. Hessel ¿es eso lo que siempre has querido ser?
Sí.
¿No mientes?.
No, no, lo decías en serio. Sí; no mentías. Sí.
Te incrusté el cañón húmedo de la pistola en las mejillas. Tengo tu carné de conducir. Sé quién eres. Sé dónde vives. Me quedaré tu carné de conducir y te vigilaré, señor Raymond K. Hessel. Vuelve a la facultad a estudiar. Me cercioraré dentro de tres meses, y luego dentro de seis y luego dentro de un año, y si no has vuelto a la facultad a convertirte en veterinario, morirás.
No abriste la boca.
Lárgate y vive tu vida insignificante, pero recuerda que te vigilo, Raymond K. Hessel, y que preferiría matarte a que siguieras en ese trabajo de mierda ganando únicamente dinero para comprarte queso y ver la televisión.
Raymond K. K. K. Hessel, la cena te va a saber mejor que nunca y mañana será el día más hermoso de toda tu vida.
Primero habría que citar, al menos, de donde sale el dinero de las subvenciones. Por un lado, tenemos las subvenciones del Estado, que son de todo tipo desde guiones hasta amortización del dinero recaudado en taquilla. Subvenciones a dedo elegidos por un jurado (la información de los miembros no es pública, salvo en las subvenciones de guiones) mediante los criterios de: originalidad y calidad (de esto hay mucho en el cine español), plan de financiación del proyecto (si es viable, digo yo), solvencia del productor y si eres mujer (la llamada discriminación positiva). Un apunte, para que te den la subvención tienes que tener empresa propia o, al menos, que te avale otra empresa.
Por otro lado, tenemos las subvenciones por comunidades autónomas que básicamente lo que buscan es favorecer sus intereses, desde patrocinar ciudades para el turismo sacando imágenes en el film hasta el patrocinio de una lengua cooficial (como pueda ser el catalán).
Por último, las subvenciones procedentes de la televisión. Que puede ser de canales autonómicos, TV3 está haciendo una gran labor por el cine español (lo que hay que oir) impulsando proyectos arriesgados y de calidad; de TVE que no lo hace por subvenciones si no por otros medios; y, aquí viene la chicha, por los canales privados (imagino que actualmente solo Antena3 y Tele5). Estos canales privados tienen que destinar un 5% de sus beneficios (una millonada) a producciones audiovisuales patrias, que de forma muy inteligente lo meten todo en un mismo paquete para hacer “grandes” producciones (de las cuales esperan taquillazos, Celda 211 ha sido la excepción) del estilo “Alatriste”.
Si en España no hubiera subvenciones no habría cine, o al menos no si se hiciera de golpe. Tendría que cambiar la estructura de la industria (si es que la hay) y la mentalidad de todo el que trabaja en el género. Los directores tendrían que buscar el éxito en taquilla, esta vez en serio, acercándose al gusto del público que es al que se debe el cine. Las empresas productoras tendrían que arriesgar dinero aunque les suponga un espanto, puesto que ya no valdría con hacer la españolada de turno (Spanish Movie…) y llevarse la tajada de la subvención. Y a lo mejor la gente hasta se acercaba a ver más cine nacional si ven que la calidad aumenta oye.
A fin de cuentas tendrían que aparecer dos nuevos conceptos en la industria: “Riesgo” e “Innovación”. Porque ¿cuántos directores españoles son rentables? Amenábar, Almodóvar y poco más. Se buscaría gente innovadora y de riesgo en riesgo se irían encontrando directores nuevos que den un panorama distinto al cine español. Aparecerían muchas más empresas productoras, sobre todo independientes, y cuanto más se incentive la competencia y el buscar el éxito en taquilla mejor cine se haría.
Me gusta el ejemplo de Christopher Nolan (director de las nuevas películas de Batman, The Prestige y próximo director de Superman) con su película Memento que tuvo poco éxito en taquilla, pero que se acabó convirtiendo en película de culto y lanzando la carrera del director en cuestión. El presupuesto de la película (para estar hablando de Hollywood) es bastante pequeño para lo que supuso para el director realizar este film, unos 5 millones de dólares. Lo que quiere decir que una empresa con poco presupuesto en el lugar y momento adecuado puede encontrar un director excelente a un precio módico, solo hay que dar la oportunidad a la innovación.
¿Si realmente es posible esto? Pues no, tendría que ser el cambio poco a poco. Pero lo que está claro es que actualmente el éxito de taquilla no preocupa a los directores, por eso en el 2008 se han dado más subvenciones (unos 80 millones) que dinero recaudado en taquilla. Si Francia ha conseguido un cine de calidad y además con seña de identidad propia, España puede hacer lo mismo. Siempre hemos tenido grandes literatos, grandes pintores, y si se hacen las cosas bien podemos tener grandes directores con un gran cine nacional. Pero las cosas tienen que cambiar y dejar de dar las subvenciones a mi primo porque me cae bien. Está genial que las televisiones privadas tengan que invertir en cine pero no se puede permitir los 22 millones de euros de presupuesto de Alatriste, hay que vigilar la calidad y no vale con pensar que si vende en taquilla es bueno. El cine español no puede existir sin subvenciones pero tampoco puede existir con la desgana y el conformismo, si no se arriesga en el cine, nadie gana.
Los Juegos Paralímpicos de Vancouver 2010 acaban con una Ceremonia de Clausura en la Plaza de las Medallas donde se disputaron las pruebas de esquí alpino, fondo y biatlón. La localidad de Whistler ceden el testigo de los juegos a Sochi en 2014 en Rusia.
El papel de los españoles en estos juegos fueron mejores que los de Turín 2006 al conseguir tres medallas: una de oro y dos de plata. Jon Santacana ha sido el principal argumento del equipo paralímpico español, al conseguir todas las medallas: oro en Descenso y plata en el eslalon y el eslalon gigante. Los grandes vencedores de estos juegos han sido Alemania y Rusia con 24 y 38 medallas respectivamente.
En la jornada final Rusia obtuvo una de sus mejores sesiones con ocho medallas, una de oro, en esquí de fondo (sitting) 1 kilómetro, hombres, cuatro de plata y tres de bronce. Por su parte,Alemania sumó en esta jornada un nuevo metal de oro, en la final esquí de fondo de 1 kilómetro mujeres, en sprint clásico, en deficientes visuales. El tercer país destacado es Canadá con 19 medallas, de ellas diez de oro.
Los juegos paralímpicos de invierno de este año clausuran con un buen papel de nuestro deportista Jon Santacana. Aunque no hay que olvidar al deportista georgiano Nodar Kumaritashvili que perdió la vida durante los juegos. Esperemos que en los siguientes juegos no se tengan que vivir momentos tan trágicos.
Se llama Robert B. Pattison y trabaja en una de las oficinas de Softcorp en el oeste de la ciudad de Chicago en Armitage Avenue.
Todos los días, de lunes a viernes, entra a las 7:35 de la mañana en la cafetería Marianao II, desayuna un café con leche templada, tostadas untadas de mantequilla y mermelada de ciruela y para acabar un revitalizante zumo de naranja. A las 8:01 entra por la puerta de la oficina armado con una sonrisa de oreja a oreja, saluda a Phill y a la preciosa Sussie y entra en su despacho para preparar su día de trabajo. Hoy tiene que verse con la señora Madison, está con el agua al cuello desde que detuvieron a su marido por no sé que tipo de asuntos turbios.
Robert es un hombre de hábitos. Por las mañanas antes de ir a trabajar siempre sale a correr un poco, después llega a casa para darse una ducha. Mientras se lava la cabeza, con su champú con extractos de aloe vera, hace un repaso mental a su agenda del día. En su trabajo no se distrae, aunque siempre saca tiempo para escribir algún poema y mandárselo a sus compañeros. Le gusta ir a la biblioteca los miércoles para buscar algún libro interesante y coger dos o tres películas para verlas por la noche. Y los viernes sale a cenar con sus colegas. Le encanta la cocina y los sábados acude a un curso de cocina mediterránea, todo lo mediterráneo que puede ser un curso de cocina en la ciudad del crimen.
Se podría decir que tiene la vida resuelta, todo bien atado. Pero lo que hace de Robert B. Pattison una persona especial es el amor por su trabajo. Adora lo que hace. Saborea cada minuto que pasa en su puesto, le gusta ayudar a la gente en su trabajo y eso le crea una gran satisfacción personal. Incluso se dice que en una ocasión pagó la deuda que tenía una mujer ya anciana, para que pudiera ir devolviéndoselo poco a poco. A los pocos meses la señora falleció y el perdió su dinero, ya que los hijos de la anciana no estaban dispuestos a pagar nada en absoluto a cambio de la obra de caridad. A Robert no le importó, se apiadó de ella sin contar con las consecuencias. Desde entonces es conocido en el barrio y se le tienen un gran respeto.
Siempre que alguien dice “hay que trabajar para vivir y no vivir para trabajar” Robert les contradice en su afirmación porque él vive para trabajar. Para Robert su vida sin su trabajo no diría nada de él, porque es como es por su trabajo, por lo que hace en él y por eso lo adora. Traslada sus virtudes y valores a todos los ámbitos de su vida y por eso se esfuerza en su trabajo cada día. No entiende a la gente que trabaja de sol a sol para poder vivir honradamente y no es capaz de disfrutar de su trabajo. Esas personas que desde que entran a trabajar están deseando que llegue la hora de salir de allí, como si fuera un sinvivir el tiempo que pasan de ocho a ocho, deberían cambiar su forma de vivir la vida, piensa.
Ese mismo viernes, como de costumbre, fue a cenar al restaurante habitual. Pidió lo de siempre: de entrante unos sabrosos “huevos rotos con foie”, y de plato “pulpo al pimentón con espuma de patata” sonaba todo muy exquisito, pero esa noche nuestro héroe no tenía apetito. La conversación de aquella noche le resultó chocante.
Curiosamente, hablaron del trabajo. Se sorprendió de lo que escuchó en aquella cena, sus colegas que tanto admiraba afirmaban escabullirse del trabajo en cuando tenían oportunidad y que solo estaban allí porque ganaban un "buen pico". En palabras de Phill: “la única razón por la que voy a trabajar a mi oficina es porque puedo deleitarme con el escote de mi secretaría”. Pero él no pensaba así, su trabajo era lo que le definía, le otorgaba la condición de “hombre de negocios”, por eso llevaba trajes caros e iba a restaurantes chic, además sabía que los demás le respetaban por su trabajo e incluso las personas más humildes le conocían. Había conseguido lo que para él era lo más importante en su vida: trabajar en lo que quería y le hacía feliz. La conversación continuó con los habituales insultos al señor Hammett (el jefe de la empresa), pero esta vez con más saña que nunca. Se decía que pensaba recortar la plantilla e incluso hasta que haría desaparecer algún departamento que creía poco beneficioso.
El lunes siguiente Sussie se encontraba tomando un café en su puesto de trabajo tratando de controlar el tic nervioso de su pierna, eran las 10:24, Robert no había llegado aún y lo que era más raro, ni siquiera había avisado de que llegaría más tarde. Phill había salido un momento, su cara no era esperanzadora.
-Es horrible...no me lo puedo creer.
En la mañana del lunes 16, la policía encontró a un hombre atado con una soga en el cuello bajo el puente de la calle Harrison. El hombre no alcanzaba los cuarenta y vestía con traje azul marino, seguramente vendido en la tienda de Joel&Jack, al parecer fue visto en una cafetería a pocos metros del lugar, el cuerpo olía extrañamente a aloe vera.
Una de las cosas más importantes en la fotografía y en el cine es la luz. Nuestro gran aliado es el sol que nos proporciona un número de horas de luz determinado al día y que variará dependiendo del país (si es que puedes permitirte rodar fuera de tu ciudad) y, sobre todo, de la estación del año. Muchos de los rodajes, prácticamente todos los de grandes presupuestos, comienzan su rodaje en verano pues cuentan con el mayor número de horas de luz del año. Pero, ¿y si queremos grabar de noche?. Entonces genial si es que tienes unos buenos focos (y donde enchufarlos) y el material suficientemente sensible como para poder grabar de noche, si no tengo la solución a todos tus problemas, bueno quien dice todos...
Existe una técnica llamada “noche americana” que consiste en grabar de día y que parezca de noche. La idea es subexponer la imagen todo lo que puedas y poner un filtro azul en la lente (rojo si estás rodando en blanco y negro) para que se asemeje a la luz de la luna. Imprescindible evitar rodar las sombras ya que nos pueden jugar una mala pasada y evitar también grabar al sol (parece obvio pero hay que decirlo). Aquí os dejo un ejemplo. Esta técnica, a decir verdad, no es utilizada hoy en día salvo casos muy concretos, pero si que fue muy utilizada en el cine mudo, con el blanco y negro. Para quién no tenga mucho presupuesto y quiera grabar de noche le puede sacar de más de un apuro.
Truffaut hizo un film con el mismo nombre que esta técnica y nos da una visión interesante sobre las relaciones entre las personas durante un rodaje de cine. No la e visto todavía pero si que la tengo entre mis pendientes, si queréis saber más os dejo el enlace a un análisis. Termino con una cita de este grande del cine:
"Hay que aceptar la idea de que la realización de una película es un misterio; mucha inteligencia, energías, gusto no hacen necesariamente un buen film si la mezcla de los elementos no es armoniosa. "
No solo el clima puede ser la causa de la ruina de tu rodaje, la ley de murphy puede presentarse de diferentes formas, casi casi como el diablo. Curioseando por la red se encuentran casos realmente interesantes. Año 1952, Cantando bajo la lluvia Gene Nelly con sus 40º de bonita fiebre acaba rodando la escena que a la postre acabará siendo la escena más recordada del film, estaba tan agotado que no se alcanzaba a escuchar el claqueteo del baile y tuvieron que “doblarlo” dos bailarinas al lado encima de un charco. En este caso la mala suerte en forma de enfermedad, como las plagas.
Hay otros casos en los que es el propio director quién acaba provocando un dolor de cabeza a los actores. Alfred Hitchcock cayó enamorado de Tippi Hedren durante el rodaje de Los pájaros, la mantenía vigilada dentro y fuera del plató y no dejaba que ningún ayudante del set se la acercara durante los descansos, además de la tortura de la escena en la que los pájaros realmente la atacan. Shelley Duval, protagonista de El Resplandor, acabo ingresada en una clínica psiquiátrica después del rodaje por la presión que le sometió Kubrick.
No hay que olvidar a los actores “estrella” y en este apartado Marilyn Monroe gana la partida con creces, la tercera secuencia con más repeticiones (83 concretamente) en la historia del cine la ostenta nuestra famosa rubia… ¿el diálogo? Un tanto complicado, la frase en cuestión era: ¿dónde está el bourbon?. Mérito tiene el rodaje de Apocalypse Now que da para muchas líneas, solo apuntar que el propio Martin Sheen sufrió un infarto en pleno rodaje. Solo hay que ver las palabras de Coppola: “"Ésta no es una película sobre la Guerra de Vietnam, esto es Vietnam”.
Vale, has estado trabajando meses en el guion de tu corto, resolviendo los problemas que surgen al elaborarlo, buscando las mejores soluciones para que tenga la mayor tensión posible, has encontrado un buen elenco de actores y un equipo técnico que te ayude a grabar. Ya lo tienes todo. Tu primer día de rodaje lo has planeado al dedillo: “a las 8:30 preparamos las cámaras y a los actores, a las 9:00 comenzamos a grabar la secuencia 4 hasta las 11:00, hacemos un descanso…” todo lo tienes bien estructurado en tu cabeza. Llega el día, te levantas a las 7:05 a.m. y te desperezas, miras por la ventana y tus ojos se vuelven vidriosos al ver que llueve, truena, graniza, ¡ciclogénesis explosiva!... Claro no contabas con el tiempo, ni con la Ley de Murphy.
Y es que es indispensable a la hora de hacer un plan de rodaje estar al tanto de las previsiones meteorológicas. Siempre tienes que tener un plan B por si de improvisto se te pone a llover, aunque solo llueva un poco, porque si llueve el suelo se mojará y si ya has grabado antes puede haber falta de raccord. Por eso siempre se ruedan primero las escenas de exteriores, el plan B siempre será grabar en interior. Irremediablemente te harás amigo de las páginas meteorológicas, serán, por un tiempo, tus compañeras inseparables (sobre todo si grabas en abril).
Además también hay que atender a la variabilidad del sol y las nubes. Si una secuencia te lleva varios días grabarla, vas a tener que valerte del o la script o secretaria de rodaje, que será la encargada de apuntar los detalles para mantener el raccord, incluso fotografiando la escena para conservar el de iluminación, no sea que un día grabes sin sombras y en otro que la luz ciegue a los actores. Lo ideal es grabar cuando el cielo esté cubierto de nubes, para que la luz sea lo más uniforme posible y las sombras no sean duras. Queda claro: antes de ser director hay que ser hombre del tiempo, Amenabar cuidado con Mario Picazo.
Estoy totalmente de acuerdo con las palabras de este espectador:
Estos programas no hacen más que ahondar en las heridas, en las desdichas y en las malas vidas de algunas personas que, no se sabe muy bien porqué, van a esos programas.
Antes de navidad me enontré buscando videos de estos programas para un trabajo de psicología, y topé con una historia que, como ya dije, rasga el corazón. Una niña de 16 años se queda embarazada, el padre se larga a otro país y no vuelve en busca de su familia. El niño crece y decide conocer a su padre,es su único deseo, le buscan pero no son capaces de encontrarle. A su vez el padre también les busca años más tarde con el mismo resultado. Esta es la historia, me gustaria que vieráis al menos la última parte de los videos (hay cuatro partes colgadas en Youtube).
A veces, y sólo a veces, en la televisión suceden historias que realmente merecen ser vistas. Esta es la historia de Jacobo Delgado.
Semana de trabajos y de exámenes iniciales en enero. La falta de tiempo (y algo de vagueza) tienen la culpa de que no haya nuevas entradas. Al menos he tenido tiempo para pensar qué escribir. La siguiente entrada será de las que rozan el corazón, prometido.
Hasta entonces esta frase que da entrada al capítulo titulado "¿Para qué sirven las emociones?" del libro de Goleman:
"Sólo se puede ver correctamente con el corazón; lo esencial permanece invisible para el ojo."